Recientemente en un estudio de la prestigiosa revista Pediatrics (julio 2012) se ha informado que los niños que tienen un perro o un gato o están rodeados de ellos durante el primer año de vida son más saludables y tienen menos infecciones respiratorias que los niños que no tienen contacto con estos animales.
En el estudio, “Respiratory Tract Illnesses During the First Year of Life: Effect of Dog and Cat Contacts”, investigadores estudiaron a 397 niños en Finlandia desde el embarazo hasta la edad de 1 año y midieron la cantidad de contactos con perros o gatos que tenían cada semana. Los investigadores encontraron que a pesar de que las infecciones respiratorias y los síntomas infecciosos son frecuentes durante el primer año de vida, los niños con contacto temprano con perros tienen menos síntomas e infecciones respiratorias, especialmente infecciones del oído, y necesitaron un curso más corto de antibióticos para los casos de infecciones respiratorias. El contacto con gatos también mostró un efecto protector en los niños, pero no tan fuerte como los perros.
Los niños que viven en hogares en que los perros pasan tiempo en el interior de la casa tienen el menor riesgo de desarrollar infecciones del tracto respiratorio. Entre mayor sea el contacto semanal y anual con los perros se asocia con una menor morbilidad, en general, lo que lleva a los autores a la conclusión de que el contacto con estos animales puede tener una influencia en la maduración del sistema inmune en la infancia, dando lugar a una menor duración de las infecciones y una mayor resistencia contra infecciones respiratorias durante la infancia.