Por: Dr. Victor Hugo Espinoza Román. Infectólogo Pediatra
Las enfermedades infecciosas fueron las causantes de la mayor parte de las muertes a nivel mundial en los siglos pasados. Con el advenimiento de la era antibiótica y con el desarrollo de potentes fármacos antibióticos, se disminuyó de manera considerable el impacto de estas entidades, sin embargo, la interacción constante entre microorganismo y antibiótico permitió que se desarrollaran progresivamente mecanismos de resistencia que limitan la acción eficiente de los antibióticos frente a las bacterias
La resistencia a los antibióticos representa hoy un gran problema de salud pública a nivel mundial. Las bacterias empezaron a desarrollar resistencia a los antibióticos desde el mismo momento en que estos se empezaron a utilizar, y esta resistencia está directamente relacionada con el uso de antibióticos, así existe mayor resistencia de las bacterias hacia los antibióticos más comúnmente utilizados.
El conocer el patrón de resistencia de las bacterias nos permite optimizar el tratamiento de las enfermedades infecciosas. Este patrón de resistencias normalmente varía de una institución a otra, por lo que resulta de gran importancia que cada institución cuente con el porcentaje de resistencias y sensibilidades para poder adaptar los tratamientos antibióticos empíricos de la mejor manera.
La gran mayoría de los tratamientos antibióticos establecidos se realizan empíricamente, es decir sin contar con la identificación del agente etiológico, y de acuerdo a las características del paciente junto con los datos clínicos y paraclínicos se trata de establecer el agente o los agentes etiológicos comúnmente asociados al diagnóstico infeccioso que demos a nuestro paciente. Pero no basta con conocer a las bacterias probablemente asociadas a la enfermedad infecciosa de nuestro paciente, también debemos de conocer el patrón de resistencias y sensibilidades a fin de establecer la mejor terapia antibiótica empírica.
Existen múltiples guías de manejo para enfermedades infecciosas, sin embargo la mayoría de todos los tratamientos antibióticos sugeridos están basados en la epidemiologia local así como en los patrones de sensibilidades y resistencias de una determinada localidad o institución. Si a lo anterior aunamos que la mayoría de las guías de manejo que existen están realizadas en otros países principalmente en países desarrollados es aun mayor la diferencia que existe entre los patrones de resistencias por lo que de igual manera serán muy diferentes los esquemas antibióticos empíricos.
En la gran mayoria de los Hospitales de México se desconoce el patrón de resistencias bacterianas, ajustando muchas veces los tratamientos con guias de otros paises lo que lleva en muchas ocasiones a abusar de los antibióticos y/o establecer tratamientos inadecuados, al menos esta era la situación del Hospital donde yo llegué a trabajar desde hace 1 año.
Se que muchos hospitales no cuentan ni siquiera con un laboratorio de microbiología, pero en el caso de que si lo haya seguramente tendrán una base de datos. En el laboratorio de microbiología de mi hospital que es un espacio de 2×4 metros con lo minimo indispensable, cuenta con una vieja computadora de escritorio donde afortunadamente tienen la base de datos en Excel, por lo que me di a la tarea de analizar la información de los 6 meses anteriores (Cosa que nadie nunca habia hecho en los 25 años del Hospital) lo cual no me llevó mas tiempo de lo que me esta llevando escribir este articulo en el Blog.
Aqui les comparto alguna de la información interesante:
Comparando la resistencia de E. coli (misma situación para K. pneumoniae) de Pacientes hospitalizados contra los de Consulta externa, vemos que en pacientes hospitalizados la E.coli resulta con mayor resistencia para cefalosporinas de tercera generación (aproximadamente 30%) asociado tal vez a su mayor uso intrahospitalario, y en consulta externa vemos mayor resistencia de Ampicilina y Trimetoprim- sulfametoxazol arriba del 80% de igual manera asociado a su mayor uso ambulatorio.
Para Pseudomonas aeruginosa, contrario a lo que se piensa, normalmente no hay mucho problema con su resistencia el cual siempre es mayor para enterobacterias (E. coli, K. pneumoniae) y aunque la ceftriaxona no es considerada un antibiótico con acción contra Pseudomonas aún asi su resistencia no alcanza el 40%.
En el caso de Staphylococcus aureus, su resistencia a oxacilina (meticilina) es alrededor del 20%, lejos de lo que reportan paises como EEUU donde alcanza mas del 50%, lo cual no justifica en nuestro hospital el uso de Vancomicina empiricamente.

Soy el Dr. Víctor Hugo Espinoza Román, infectólogo Pediatra, Egresado del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” realizando en este Hospital las especialidades de Pediatría e Infectología Pediátrica, a 10 años de iniciados los blogs infectologiapediatrica.com y tu-pediatra.com donde trato de poner información útil y confiable al alcance de médicos y padres de familia